Basilea y Estrasburgo (1530-1532)

   Bien fuese por las posibilidades laborales como corrector de imprenta – trabajo que parece que Miguel Servet podría ya haber  realizado con Trechsel en Lión hacia 1530, y otras posibles colaboraciones, como ya hemos comentado en la sección “Los caminos a la ciudad de Basilea (1530)“- o por tratar de conocer a su admirado Erasmo, Miguel Servet llegó a la ciudad de Basilea en fechas anteriores a. 25 de octubre de 1530, cuando aparece residiendo en casa del importante hebraísta reformado,  Ecolampadio. Este hebraísta había llegado a Basilea en 1515, habiendo sido corrector de Froben. Recordamos que este importante contacto debió ser favorecido por alguien, como ya hemos explicado, si llegó después de haber vivido en Lión, seguramente a través de Gaspar Trechsel, y a través de este y su cuñado Conrad Roesch,  y a través de los círculos erasmistas de estos, a los cercanos de Ecolampadio, ex-hebraísta de Erasmo, quien ayudó a dicho Príncipe de los Humanistas a editar el Nuevo Testamento. Erasmo dejó de tener amistad con Ecolampadio hacia 1523, y había abandonado la ciudad unos meses antes, cuando la situación en la ciudad se tornó más tensa. Si se desplazó con el séquito imperial por Alemania, quizá fue por recomendación de Melanchthon a quien podría haber conocido en la Dieta de Augsburgo.

  En cualquier caso, bien fuese impresionando primero al hebraísta de Lutero (Melanchthon), o directamente al de Erasmo, parece que ese es el patrón que se repite en la vida de Miguel Servet: que es apreciado por importantes hebraístas, bien sea en el bando  protestante (Ecolampadio, Capito, etc) o católico (Santes Pagnino, uno de los más importantes hebraístas de Francia, quien nombraría a Miguel Servet heredero de sus notas, y encargado de su edición de la Biblia hebrea). Parece que esta era la razón de que estos hebraístas reformados le aceptasen en su círculo, por su dominio del hebreo,  y no sus exégesis teológicas, que se probarían contrarias a muchas de las de Ecolampadio, Capito, o Melanchthon, y la gran mayoría de otros teólogos reformados. 

  El maestre Miguel Serveto alias Revés permanecería en casa de Ecolampadio durante los siguientes nueve meses. Basilea tenía fama de acoger a perseguidos, pero en ese momento, la ciudad se había tornado menos transigente, y  en ella – al igual que en otras ciudades confederadas y en Estrasburgo- se perseguía la secta de los anabaptistas, con la que Miguel Servet coincidía en el aspecto de repetir el bautismo para adultos, y con aspectos sociales resaltados por Sebastián Müntzer, pero no con  su milenarismo ni con su fuerte tenor comunal.

  Aunque no exista total seguridad, los indicios apunta fuertemente a que trabajó de corrector de imprenta en dicha ciudad -una de las industrias principales de Basilea-  seguramente en el taller del ya mencionado impresor Conrad Roesch, a quien explícitamente menciona en el Juicio de Ginebra. Allí trabajaba un joven ayudante de tipógrafo, procedente de la ciudad de Colonia, Jean Frellon,  que se convertiría en un gran amigo del maestre Miguel Serveto alias Revés, y con el que imprimiría la mayoría de sus obras anónimas, después de la condena académica que sufrió por la Universidad de París siete años más tarde.

La estancia en Estrasburgo

   Parece que el maestre Miguel Serveto trató de imprimir su primera obra De Trinitatis Erroribus con Roesch, pero este no se atrevió, pero le refirió a  la imprenta de Hans Setzer en la ciudad alemana de Haguenau. Así Miguel  partió de Basilea, pasando a residir desde el 31 de mayo de 1531 en la ciudad alemana  de Estrasburgo, donde fue bien recibido por los teólogos Capito y Bucero.

  El teólogo Bullinger -enemigo de Servet, con lo cual hay que tomar tal testimonio con precaución- describió que había tenido lugar una reunión de teólogos, con su paisano Zuinglio,  Bucer y Capito desde estrasburgo, y Ecolampadio desde Basilea, en la cual este último refirió a un español belicoso y arriano, que se resistía a convertirse, a lo que Zuinglio como “horrible blasfemo”.  Este episodio no comprobable podría haberse dado antes de la salida de Miguel Servet para Estrasburgo, en caso de que no fuese inventado a posteriori por Bullinger, lo cual también es perfectamente posible.

   Desde Estrasburgo Miguel pudo desplazarse para la impresión a la ciudad de Haguenau, de donde era natural Capito, y donde Melanchthon había estado trabajando como corrector de imprenta,  y había impreso obras. El caso es que hacia octubre de 1531, la obra del maestre Miguel Serveto vió la luz, y con ella se oscurecieron dramáticamente sus apoyos en esas tierras, aunque en Venecia fue bien recibida.

   Parece que el maestre Miguel Serveto alias Revés, ex profesor del Estudio General de Artes de Zaragoza, envió un ejemplar de su rompedora obra al Canciller de dicho  Estudio General de Artes de Zaragoza quien era a su vez Arzobispo de Zaragoza, Juan II de Aragón, que ya había fallecido apenas un año atrás, hecho que el maestre Revés parecía desconocer. Parece evidentemente un reproche a su  comportamiento durante el sonado conflicto ente el maestre Miguel Serveto y el Maestro Mayor Gaspar Lax, en el que seguramente el arzobispo apoyó a Lax en la expulsión del maestre Miguel Serveto, o la realizó el mismo, como hemos descrito en la sección “Uno de los cuatro Maestros en Artes del Estudio General de Artes de Zaragoza (1525-1527)“.

   También mandó otro ejemplar a su admirado Erasmo, a quien citaba dentro de la obra. Erasmo, parece que, bien por su avanzada edad, o por lo desencantado que se encontraba por esos años,  no lo recibió con mucho entusiasmo, aunque esta información proviene de Aleandro y Quintana, así que pudiera no ser del todo cierta. El maestre Miguel Serveto,  seguirá apreciando al Príncipe de los Humanistas, sobre todo en sus prólogos y saludos al lector de su Obra Española posterior.

La reacción adversa de los teólogos protestantes, y las persecuciones inquisitoriales.

   Pero las reacciones en dichas localidades alemanas  – con la excepción de algunos teólogos que mostraron algo de sintonía, como  Hoffmann o Schwenfeld- fue mucho más allá que no hacer aprecio a la obra del exprofesor, con Bucero primeramente anunciando que  dictaminaría públicamente sobre la obra de Servet, concluyendo al final que “merecía que se le arrancasen las entrañas a ese español y se le descuartizase”.       El libro se prohibió en Estrasburgo, y Servet volvió entonces a Basilea, donde tambíen se prohibió, y de esta época en que Servet parece que trabajaba como corrector de imprenta en dicha ciudad, nos ha quedado la famosa carta en la que habla de  su tolerancia. En ese momento estaba ultimando una obra complementaria a la anterior, los Diálogos de la Trinidad, que aparecería unos meses después, ya en 1532, en la misma imprenta de Hans Setzer.

     A su vez, ese mismo año de 1532, en abril,  el séquito imperial había llegado a la ciudad alemana de Ratisbona, entre otros el referido  el confesor Juan Quintana y Girolamo Aleandro. En dicha ciudad Hugo de Urriés – perteneciente a la Suprema y Señor para las cosas de Aragón- y don García de Padilla pusieron en conocimiento de la Inquisición en Medina del Campo la publicación de  De Trinitatis Erroribus, y de ahí al Inquisidor General de Aragón, tratando que se averigüe su edad, dónde estudió,  hace cuanto que había salido de Aragón, información sobre sus parientes y el contacto que mantenía con ellos,  conseguir las cartas que hubiese escrito. Como ya hemos dicho antes, en la secciónes “Bolonia (1529/1530?-1530)” y “Los caminos a la ciudad de Basilea (1530)“, no tiene sentido que estos dos altos dignatarios que habían estado en la corte y en el séquito, no supiesen quién era el maestre Miguel Serveto alias Revés, aunque Servet declarase haber viajado en ambas comitivas. Juan Quintana, que había residido en Basilea, cerca de Ecolampadio,  respondió que sabía que Servet llevaba ya un año “ aquí”a Aleandro que Servet era un joven de 26 años de edad, de grandísimo ingenio, y que había mandado su libro De Trinitatis Erroribus al Arzobispo, un libro que según Quintana no podría haber completado sin ayuda de los reformados. Se planeó una estratagema para persuadir a Miguel Servet a comparecer, para responder a los edictos de acusación que se colocaron en La Seo de Zaragoza y en “la iglesia donde era natural”. También se deslizó  la falsa información de que no se le aplicaría rigor, que de alguna manera no era una llamada oficial a comparecer ante la Inquisición, y el edicto debía leerse de una manera que no pusiese en alerta a sus valedores, colocarlo a horas intempestivas. Se enviaron cartas a los jurados de Zaragoza y al Arzobispo de la ciudad, y por algún informante, supieron de la conexión del maestre Miguel Serveto con la ciudad de Toulouse, donde figura encabezando la lista de 40 fugitivos en un decreto inquisitorial que ya hemos mencionado en la sección, y se prohibieron las ventas de libros de Lutero, Ecolampadio o “el maestro Revés”, en la ciudad de Zaragoza. Se aprecia cómo rápidamente la Inquisición identifica quién había sido este personaje en Zaragoza, el maestro Revés,  el maestre Miguel Serveto alias Revés, uno de los cuatro Maestros en Artes del Estudio Mayor de la ciudad de Zaragoza, que había sido expulsado, y unos pocos años después se había pasado a la Reforma. Asimismo a través de un documento de 1538 sabemos que la Inquisición había utilizado a mosén Juan Serveto, clérigo hermano del maestre Miguel Serveto, para que fuese a Alemania a buscar a su hermano y traerlo de vuelta, si hacía falto engañándolo. No sabemos nada más de dicho viaje, ni de los otros testigos que la Inquisición insistía en interrogar, a la vez que ahondar más en el testimonio del propio mosén Juan Serveto. En general da la sensación de que sus parientes de la villa de Sijena, no conocen mucho de su itinerario ni de sus actividades posteriormente a su salida de España, ya que ninguna nueva información se refiere en este sentido.   

   Al final, en algún momento de ese año de 1532, el maestre Miguel Serveto, anteriormente admitido en los círculos selectos de Basilea y Estrasburgo,  con la situación tornándose tan adversa y peligrosa, abandonó la Conferencia Helvética por la ciudad de París.

Bibliografía consultable


  • (2011) F. J. González Echeverría, El amor a la Verdad. Vida y obra de Miguel Servet,  Navarro y Navarro, Zaragoza, col. Gobierno de Navarra, Departamento de Relaciones Institucionales y de Educación del  Gobierno de Navarra.
  • (2017) F. J. González Echeverría, Miguel Servet y  los impresores lioneses del siglo XVI, tesis doctoral,  Universidad Nacional de Educación a Distancia. Calificación, Sobresaliente cum laude. Directores D. Carlos Martínez Shaw, catedrático de Historia Moderna UNED Madrid y D. Luis Jesús Fernández Rodríguez, doctor en Medicina, director de la UNED de Tudela.
  • (2017) M. González Ancín & O. Towns (2017), Miguel Servet en España (1506-1527). Edición ampliada,Tudela,  Imprenta Castilla.
  • (1989) J. Barón Fernández, Miguel Servet. Su vida y su obra, Austral, Madrid.
  • (1953) Ronald Bainton, Michel Servet. Hérétique et Martyr, (1553-1953), Ed. Droz, Genève.
  • (2004) J. Goyanes, Exposición detallada de los dos procesos seguidos a Miguel Serveto. Anexo II en Miguel Serveto o Miguel de Villanueva (2004). Conmemoración del 450 aniversario de la muerte de Miguel Servet, 1553, VV. AA. Pamplona, Gobierno de Navarra, (varios autores)