(1543) Los retratos o tablas de las historias del Testamento Viejo.

Esta obra fue la primera que González Echeverría localizo, de todas las que conforman la Obra Española de Miguel Servet, debido a los indicios de las declaraciones de Jean Frellon a la Inquisición francesa en 1553. A través de ella se estudió la edición anterior sin versificar de 1540, Las ymagines de las historias del Viejo Testamento.


retratos o tablas frellon Servetus 1543

 

Retratos o tablas de las historias del Testamento Viejo, hechas y dibuxadas por un muy primo y sotil artífice. Juntamente con una muy breve y clara exposición y declaracion de cada una dellas en Latin, con las quotas de los lugares de las sagrada scritura de donde se tomaron, y la mesma en lengua Castellana, para que todos gozen dellas.  En Lion de Francia, So el escudo de Colonia. (1543, Lyon, Juan y Francisco Frellon).

 


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    En 1553, Jean Frellon declaró que Servet había realizado una “Suma española de Santo Tomás”, y que le había traducido una gramática al castellano.  Para empezar, la primera aseveración es imposible, puesto que la obra de Santo Tomás no se tradujo hasta mucho después al castellano, y por tanto,   debe de tratarse de otra cosa. González Echeverría encontró una explicación, que el clérigo D’Artigny, a través del cual conocemos esta declaración del impresor Frellon -pues el original se quemó y sólo sobrevivió la copia de dicho religioso-   muy probablemente lo que se encontró escrito fue “Somme Espagnole”, e infirió que se trataba de la Suma de Santo Tomás, por lo omnipresente de esta.  Es decir, un resumen al español, y quizá como Frellon lo declaraba a la vez que las traducciones al español de obras gramaticales, podía referirse a algo docente también, algo de un tenor parecido.  

    Pues bien, existe en efecto, una colección de capítulos  del Antiguo Testamento, una amplia selección de quizá los más representativos, que se resumieron en un texto latino, y se tradujeron, versificados al castellano en la imprenta de los Frellon, y por tanto constituyen una Somme Espagnole, bastante completa, del Antiguo testamento.     

   En el origen de la obra que nos ocupa,  la bilingüe versificada al español impresa por los Frellon,  esta una edición latina, con resúmenes en latín de ciertos pasajes del Antiguo Testamento,  y un grabado de Hans Holbein en correspondencia con ellos. Esta obra se imprimió en Lyon en 1538, por los hermanos Trechsel, y claramente trataba de acercar a las personas sin preparación las Sagradas escrituras, aunque en esta edición todavía no contase dicha obra con una traducción a la lengua vulgar. Para ello se consiguió la colaboración del gran artista Hans Holbein, con la idea de generar una obra de gran vistosidad con 92 grabados diseñados por su mano. En esta obra,  aparecía un prólogo latino atribuído al impresor Francisco Frellon, “Franciscus Frellonius Christiano lectori S.”, ya que los Frellon fueron editores de la misma. Posteriormente realizaron una versión francesa de la misma, en 1539, con el poeta francés Corrozet.   

   Así, en 1543, los Frellon  buscaban continuar con el camino iniciado tres años atrás en el taller de Stelsio, con la obra Las ymagines de las historias del Viejo Testamento que contaba con un texto español en prosa debajo de cada grabado, una traducción del texto latino, y buscaban a su vez,   repetir el éxito de las ediciones francesas versificadas mencionadas, pero esta vez, el nombre del traductor y versificador, no aparecería en la obra, como sí que lo hizo Corrozet. Para tal empresa, aparte de contar con una letra capital más vistosa, y unos mejores tipos, y de ampliar el prólogo español que había impreso  Stelsio, y darle un sentido más poético, el traductor y versificador al español de la imprenta de los Frellon, que como bien dijo Jean Frellon era el maestre Miguel de Villanueva, también convirtió los versos franceses de prólogo y colofón de la versión francesa del poeta Corrozet, en cinco novenas. A su vez, el cuerpo de la obra  eran las 94 quintillas debajo de las figuras de Hans Holbein, que verificaban el texto latino primigenio que se encontraba sobre los dichos 94 grabados. Debe recordarse que las quintillas ni eran anticuadas, ni italianizantes en España en el s. XVI, y la mejor prueba son los trabajos de López de Acuña o Hernando de Acuña.

   Presentamos algunas muestras del prólogo, “Saludo de  Francisco Frellon”, de las novenas y de las quintillas, siguiendo los textos de González Echeverría

   “Cristiano lector: Ve aquí los Retratos o Tablas de la Sagrada Escritura, con la declaración y exposición latina y española que con toda diligencia que me fue posible […] que como el dedo te muestro lo más secreto de las Sagradas Historias […] los enderecen y agradezcan a la gloria y honra de Aquel Sumo y Liberalísimo distribuidor de mercedes, Dios nuestro Señor.”

   Ejemplo de una novena de la obra:

 

“Serán te dechado, materia y espuela,
un cierto y seguro y fiel ejemplario,
si, de su mano, amor las cincela.
Por ende, cristiano lector, no te duela
tomar una muestra de tal prontuario.
Aquí está tejida, en este sagrario
de estofa más rica que plata ni oro,
de graves historias, un grande tesoro
de la Ley Vieja, y su santuario.”

 

   Cuatro de las 94 quintillas:

 

“Cría Dios, primero, el cielo
y planetas que allí están;
día y noche, fuego y hielo,
plantas, mar, bestias y suelo;
después, a Eva de Adán.”

“Confusos de su pecado
van huyendo con aviso;
un querubín esforzado,
con un estoque inflamado,
les defiende el Paraíso.”

“Faraón, con mal consejo,
persigue a los israelitas;
y, abriéndose el mar bermejo,
ellos pasan; y el mal viejo
muere, y sus gentes malditas.”

“Cristo está en la Trinidad,
cabe al Padre y a su diestra;
Dios Padre, la dignidad,
misterio y eternidad,
del Sacerdocio, le muestra.”

  Como se ve,  no parece que Miguel de Villanueva  se quede atrás del versificador francés Corrozet. Ante todo, se debe recordar que la capacidad del versificador en quintillas -Miguel Servet- era increíblemente limitada, pues tenía que estar en concordancia con el texto latino fijado encima de cada grabado,  para el cual Holbein había realizado el diseño. El grabado y el texto en latín por tanto mandaba sobre la versificación. No podían desviarse de ello ni Corrozet ni Miguel de Villanueva, aunque cuando les hubiese gustado al segundo puntualizar aspectos  teológicos por los que tenía inclinación. Si observamos la última estrofa que hemos reproducido, sobre la Trinidad, seguramente a Miguel de Villanueva le hubiese gustado precisar sobre “sustancia”, “persona”, etc. Pero sencillamente la obra no era sino una para transmitir historias y conceptos muy sencillos,  por supuesto no herética, y por supuesto donde lo que era central eran los grabados y las historias, que secundariamente, se versificaban, en este caso al español. Aun así, debemos recordar que Servet no es antitrinitario, sino que entiende la Trinidad de otra manera, y que expresiones idénticas a la estrofa referida aparecen en las ideas que defendió en sus obra de 1531, Sobre los errores acerca de la Trinidad: p. 43b, “La Iglesia de Dios es el sostén y pilar de la verdad lo cual no es más que decir que la palabra del Evangelio es verdadera y la palabra del Evangelio es esta, es decir, que Jesucristo es Hijo de Dios”; p. 51, sobre el Hijo declara que “…mis ojos el verle a la derecha del Padre en los cielos”; p. 64, “Y así, yo admito una persona del Padre, otra persona del Hijo, otra persona del Espíritu Santo; y yo admito tres personas en una Deidad; y esta es la verdadera Trinidad…”. Resulta obvio, que si se unen los tres conceptos,  dice que admite una persona del padre, otra persona del Hijo o Cristo, la cual  está a la derecha del Padre, en los cielos, y otra persona del Espíritu Santo, y esto forma la verdadera Trinidad. Por tanto el decir “Cristo está en la Trinidad, cabe al Padre y a su diestra” es perfectamente compatible con los escritos teológicos de Servet de 10 años atrás.

   Además, olvidamos algo central para los creadores de esta web, y es que el primer trabajo de Servet no versaba sobre  Teología, sino que fue la docencia de los pequeños españoles del Estudio General de Artes, en Gramática latina y Artes, como vimos en la sección Uno de los cuatro Maestros en Artes del Estudio General de Artes de Zaragoza (1525-1527), y seguro que una obra de esta naturaleza le parecía pedagógica, necesaria, muy atractiva, y justa con las clases no educadas de España.

   Aparte de todas las razones de peso, sobre la Suma  o resumen español, al que se refirió Frellon, que comentamos al principio, y que lógicamente coincide con la naturaleza de la obra,  una selección de los capítulos más representativos, resumidos, del Antiguo Testamento versificados al español, anónima, en el taller de los Frellon,  existen muchas más conexiones interesantes. Esta obra versificada con otras de Servet, existen concordancias entre el texto español en prosa de Las ymagines de las historias del Viejo Testamento, impresa en 1540 por Stelsio. Coinciden por ejemplo los resúmenes latinos de 7 grabados con los que aparecen en la Biblia sagrada según la traducción de Santes Pagnino, (en concreto: 1-Genesis XXVII, 2-Genesis XXXVII, 3-Genesis XLVIII, 4-Exodus III, 5-Exodus V, 6-Exodus XVI, 7-Esdras IIy otros tantos coinciden con la Biblia Sagrada según las consideraciones de todos los sabios,  ambas publicadas sólo un año atrás en la imprenta de Gaspar Trechsel,  y aunque no sea el indicio central,  es una coincidencia increiblemente improbable, y  que no se ha detectado con otras obras,  y parece que el autor de uno o de otro, conocía unas y otras obras, o podrían haber trabajado en las tres, recogido dichos títulos de dichas obras, y sí, podría tratarse del propio autor de las mismas, Miguel Servet.

    Pasemos a otro asunto importante.  El traductor y versificados de estos textos en el taller de Frellon, no es Francisco Frellon, aunque sea él el que aparezca en alguno de los prólogos, como en este.  Para empezar, Francois Frellon ni siquiera versificó al francés -y por eso contrataron a Corrozet- un idioma que si no nativo (no está claro si quizá era alemán de nacimiento) desde luego dominaba muchísimo más que el castellano, puesto que  había vivido en Lyon durante al menos 8 años, y ninguno en España o Flandes, y no hay ni un mínimo indicio que sugiera que conociese este idioma.          

    Existe además la típica confusión de pensar que una obra  anónima con un prólogo de un impresor está hecha por el impresor. Esto no es cierto. Los prólogos de los impresores no tienen la significación de autoría en la inmensa mayoría de los casos, y  no necesitamos más ejemplos que los presentes en estas obras nuevas de Servet, para verlo. Claramente queda probado que esto ocurre con el importante caso del maestre Miguel de Villanueva firmando un contrato para una  Biblia que cuando se imprimió, se hizo de manera anónima, y en la que el impresor Trechsel apareció en un prólogo, la Biblia sacra cum glossis. Evidentemente Gaspar Trechsel no es el autor, y prueba toda la dinámica de la que hablamos, entre obras anónimas,  en las que se esconde aquel que fue brutalmente atacado en 1538 en París, y no se arriesgaba a poner su nombre, y en su lugar aparecen  impresores con su nombre en obras que requieren un trabajo bíblico, de traducción, o de medicina que va mas allá de sus habilidades, para las que contrataban a expertos, en estos casos, a Miguel Servet. Siguiendo examinando esta dinámica, sabemos que aunque Stelsio aparecía como autor del prólogo de la edición latina de 1540, Las ymagines de las historias del Viejo Testamento, no es  su prólogo, y sabemos que el impresor Arnoullet no sabía medicina como para editar un Dioscórides, y aparece firmando el prólogo del Dioscorides. Edición homenaje de los impresores, y los comentarios anónimos sabemos que no son suyos, sino del Dioscórides de 1543 de Miguel Servet, y también Jean Frellon aparecerá en los saludos de la Opera Omnia de Galeno, y sería ridículo pensar que se encargó de ser el revisor de la misma. Como se puede comprobar, no existe significación de autoría en  estos prólogos, y el autor del cuerpo y revisión erudita de la obra ha sido llevada por otra persona, alguien que no aparece en ningún sitio. 

     Añadamos un ejemplo más de lo absurdo de pensar en que dicen algo de la autoría dichos prólogos: el de Jean Frellon  apareciendo en el prólogo de 1543, de los Dísticos Morales de Catón. Bien,   la mejor prueba de que no es una obra de Jean Frellon, es que el propio Jean Frellon declaró que tenía a Miguel Servet trabajando en su taller para la Suma Española, y para la traducción de un gramática latina al español. ¿Para qué necesitaba entonces Jean Frellon a  Miguel de Villanueva, si el mismo versificaba, y traducía con español del Valle del Ebro? Evidentemente no lo hacía, y volvemos a la nula significación de tales prólogos en la autoría de la obra. 

   Evidentemente Francisco Frellon  no podía versificar ajustar métricas con rima perfecta en las quintillas, como un nativo, con navarrismos y aragonesismos como “mida” o “ciudat”,  o “nadi”, que aparecen en esta clase de gramáticas traducidas. Y ya para coronar el asunto, Francisco Frellón  muere en 1547, pero seguimos teniendo al misterioso  autor que desde la imprenta de los hermanos Frellon sigue publicando  anónimamente tratados gramaticales latinos de erasmo al español de la misma  manera anónima en la misma imprenta, y sin que aparezcan los impresores en los prólogos. 

    Es alguien diferente a los hermanos Frellon,  que trabaja ahí, que ha estado trabajando desde 1543 como mínimo, y no pone su nombre en las obras, que tiene un vocabulario del  Valle del Ebro y giros de su tierra, que versifica casi como un poeta profesional, que está haciendo una Suma parcial de toda la escritura, con  resúmenes de 94 capítulos de la misma, al español, con algunos de los títulos que coinciden con los de la Biblia de Santes Pagnino y Ex postremis doctorum, y referencias que explican detalles en la Christianismi Restitutio,  y que no pone su nombre, entre otras cosas, por motivos que no se entienden bien, en una obra publicada en Francia, y que no presenta ningún peligro, a no ser que el propio autor tenga miedos personales -como haber sido casi condenado a muerte por una potente universidad y aleccionado sobre lo que iba a publicar en el futuro, como ya hemos explicado,  miedos que no tuvo el versificador francés Corrozet.    

 

Bibliografía consultable


  • (2017) Tesis doctoral en Historia Moderna en la EIDUNED ( Escuela Internacional del Doctorado de la UNED) en Madrid, el día 12 de enero de 2017, Miguel Servet y los impresores lioneses del siglo XVI.  Sobresaliente cum laude. Directores D. Carlos Martínez Shaw, catedrático de Historia Moderna UNED Madrid y D. Luis Jesús Rodríguez Fernández, Doctor en Medicina, Director de  UNED-Tudela, pp. 146-161, 276-284.    http://e-spacio.uned.es/fez/view/tesisuned:ED-Pg-HHAT-Fjbgonzalez