(1542) Biblia sagrada según la traducción de Santes Pagnino

Esta obra está firmada -aunque tímidamente en la contraportada- y por tanto se  conocía la autoría servetiana  de la misma desde el momento de su publicación.


Servetus Pagninus 1542 cover Hebrew

 

Biblia sacra ex Santes Pagnini tralatione, sed ad Hebraicae lingua amusim ita recognita, et scholiis ilustrata, ut planè nova editio videri possit. Accesit praetera liber interpretationum Hebraicorum, Arabicorum, Graecorumque nominum quae in sacris literis reperiuntur, ordine alphabetico digestus, eodem authore. Lugduni, Apud Hugonem a Porta. M.D.XII. (1542, Lyon, Gaspar Trechsel)

 


   Al contrario que la otra Biblia que dio a la imprenta ese año Miguel Servet,  esta obra de la que aquí tratamos era un trabajo mucho más extenso -de 267 hojas-  aplicado y minucioso, y firmado aunque en la contraportada. El hecho de dejar su firma, aunque fuese de manera mucho más tibia que en cualquiera de sus otras obras firmadas, parece deberse a la magnitud de la empresa, y a la simpatía personal por   el propio Santes Pagnino, al que seguramente habría conocido a través de su querido Symphorien Champier, de quien el religioso era gran amigo. Dicho fraile dominico, florentino pero residente en Lyon, conocido por sus buenas acciones, tales como su intento de construir el Hospital de Saint Laurent para los enfermos de peste,  y también famoso por sus habilidades como orador, pero por encima de todo por su dominio de las lenguas orientales, habiendo dedicado dos décadas y media a perfeccionar su edición de la Biblia. Había publicado en 1536 un tratado de Escritura Santa, impreso por Hugues de la Porte, pero el portentoso dominico falleció en verano de ese mismo año.  Tras su muerte, los Giunta, impresores lioneses de origen florentinos, decidieron publicar una versión actualizada del Nuevo y Antiguo Testamento, que había trabajado su paisano durante tantos años.

   Al igual que  en la biblia anterior, pero esta vez de mayor tamaño,  fue impresa por Gaspar Trechsel, y Hugues de la Porte, siendo el cuerpo de la traducción de Pagnino, pero con comentarios del maestre Miguel de Villanueva,  quien, como ya se indica en la portada Biblia sacra ex Santes Pagnini tralatione sed ad Hebraicae Lingua,  constántemente y con gran pericia   referirá al hebreo, a su función lingüística y gramatical, y a sus diferentes acepciones. Este interés constante por el hebreo aparece también en todas sus ediciones de la Biblia,  bien sea esta, la anterior mencionada, la editada en 1545 o la obra que editaría con cas idénticos comentarios en 1551, con Jean Frellon, pero esta vez de manera anónima. Parece que ese es uno de los patrones importantes de la vida de Miguel Servet,  la gran confianza y estima que despierta por hebraístas reconocidos tanto Pagnino, uno de los más grandes expertos en hebreo de Francia, que le eligió a él, como el heredero de sus escritos para completar esta edición de la Biblia hebrea, y por protestantes (Ecolampadio, nada menos que hebraísta de Erasmo,  o Capito), aunque luego la relación se rompiese por sus exégesis cristianas, a la vez que la confianza de la Compañía de libreros, y de Hugues de la Porte, y de Trechsel, y de Frellon, para encargarse de revisar ciertos aspectos hebreos de las biblias que querían editar.                                                                                                                                             

     La labor del maestre Villanueva en esta Biblia de 1542  se ve en los constantes resúmenes interlineales, al inicio de casi todos los capítulos, y los muy numerosos escolios y  marginalia que acompañan esta edición. La obra también , la obra contaba con un índice de nombres hebreos y griegos. Aparte, la obra también contaba con un índice de nombres griegos y hebreos.  Y lo que más nos interesa, el prefacio del editor, donde habla in extenso de cómo Pagnino le legó sus notas personales, y la importancia que tiene el hebreo original,  y la historia de los hebreos, y cómo  ha revisado las mismas para tratar de perfeccionarlas:                                                                                                                                                                                                                                                        

    “Miguel de Villanueva al lector, Saludo.

 Ese sabio, Jesús hijo de Sirac, nos ha enseñado en el prólogo de su libro que se llama ‘Eclesiástico’ que las palabras hebreas desfallecen y se desvanecen cuando han sido traducidas a otra lengua: juzgan con razón que esta viva energía espiritual, que las expresiones enfáticas, las comparaciones, las antítesis, las alusiones y otras figuras semejantes no pueden conservarse con exactitud en nuestras versiones.” […] , los que ignoran la historia de los hebreos  Es por ello, cristiano lector,te quiero rogar, una vez más, de nuevo, de aprender, en primer lugar, el hebreo, y después aplicarte al estudio de la Historia, antes de emprender el estudio de los profetas.[…] No obstante es preciso considerar con cuidado esto: que la lengua hebrea está toda llena de hipérboles y que otros muy grandes misterios están contenidos allí; considerar asimismo que si este sentido no es para denominarlo literal, no es menos considerarlo como una clase de velo de una verdad futura: por ejemplo bajo el velo de David, brilla una verdad que conviene solo a Cristo. […] En esta tentativa, como también en la versión de nuestro Pagnino nosotros no hemos ahorrado nuestro esfuerzo en seguir todas sus anotaciones, anotacionesdigo, que él nos ha dejado en gran número y con ellas un ejemplar corregido de su propia mano en innumerables lugares. En consecuencia, yo me atrevería a afirmar que ahora las frases son más correctas y más próximas a la verdad hebrea. No obstante, es a la Iglesia y a los expertos en hebreo, el juzgarlo, porque los otros, no lo pueden juzgar. Por lo demás, lector, por todo el provecho que tu sacarás de este volumen, da las gracias a Dios muy bueno y muy grande –OPTIMO, MAXIMO–; después a HUGUES de la Porte,ciudadano de Lyon, por su trabajo y los gastos para que esta obra vea la luz. Adiós.”

   Al prestar atención  al aspecto histórico,  Servet guardaba afinidad con los reformados,  pero mismo tiempo al negar la profecía y nexo entre Antiguo y nuevo testamento, se granjearía enemigos tanto en los católicos y los protestantes. Un buen ejemplo de ello es  el Cristo del capítulo IX del libro de Daniel, que Servet identifica como el rey Ciro, y no Jesucristo. Estos cuyos comentarios fueron usados por la acusación durante el Juicio de Ginebra, de 1553  también por Calvino, quien se refirió a Servet como “falsario” por su interpretación de los mismos. Asimismo, bastantes de los escolios y marginalia del maestre Miguel de Villanueva, presentes en esta obra,  fueron expurgados por la Inquisición española unas décadas más tarde, y se incluyó a la misma en el índice de libros prohibidos.

 

Bibliografía consultable


  • (2017) F. J. González Echeverría, Tesis doctoral en Historia Moderna en la EIDUNED ( Escuela Internacional del Doctorado de la UNED) en Madrid, el día 12 de enero de 2017, Miguel Servet y los impresores lioneses del siglo XVI.  Sobresaliente cum laude. Directores D. Carlos Martínez Shaw, catedrático de Historia Moderna UNED Madrid y D. Luis Jesús Rodríguez Fernández, Doctor en Medicina, Director de  UNED-Tudela, pp. 86-90.  http://e-spacio.uned.es/fez/view/tesisuned:ED-Pg-HHAT-Fjbgonzalez
  • (2011) F. J. González Echeverría, El amor a la verdad. Vida y obra de Miguel Servet, imprenta Navarro y Navarro, Zaragoza, col. Gobierno de Navarra, Departamento de Relaciones Institucionales y de Educación del Gobierno de Navarra, pp. 207-209, 211-215.