Partiendo Miguel Servet del Estudio General de Artes de Zaragoza, seguramente expulsado por el Maestro Mayor Gaspar Lax y el claustro, parece que el joven genio, cruzó los Pirineos y se dirigió a la ciudad de Toulouse. Al contrario que con épocas anteriores, de este período en la vida de Miguel Servet no tenemos documentos in situ que confirmen de manera detallada estos años. De ellos sólo nos ha quedado tres referencias: la que hizo el propio Servet a la Universidad de dicha ciudad en su obra La Geografía de Ptolomeo, impresa en 1535, señalando su calidad y refiriéndola como “Jurispectorum mater”; un decreto inquisitorial emitido en 1532, después de la publicación de su obra De Trinitatis Erroribus, persiguiendo a 40 fugitivos esa ciudad, el primero de los cuales era “Miguel Serveto alias Revés”; y sus declaraciones en el Juicio de Ginebra en 1553.
Durante el Juicio de Ginebra, Servet declaró que había ido a estudiar Derecho al Estudio de dicha ciudad por consejo de su padre. ¿Fueron estas todas las razones? Creemos que fueron más profundas, especialmente con una guerra entre España y Francia que duró hasta 1529, situación bastante complicada para los estudiantes españoles en dicha ciudad gala.
Primeramente, ¿podía estudiar Servet Derecho en el Estudio General de Toulouse? Muchos olvidan que para comenzar a estudiar Derecho en Toulouse, Miguel Servet necesitaba tener su bachiller en Artes, o probar una suficiencia en Artes después de haber sido educado a partir de su mayoría de edad (14 años) en esas doctrinas, durante años en un centro reglado. Afortunadamente no hay ningún problema. Como ya sabemos, Miguel Servet obtuvo el título de bachiller en Artes después de tres cursos en el erasmista Estudio Mayor de Zaragoza, en mayo de 1523, y su maestría en junio del año siguiente, y por tanto cumplía con los requisitos legales para comenzar a estudiar tal doctrina.
En segundo lugar, como ya se ha explicado en otras secciones, Miguel acababa de tener un conflicto muy importante con un personaje muy célebre en España, el maestre Gaspar Lax, y parece que detrás de la elección de esta ciudad no pesaron tanto las virtudes de dicha universidad, sino lo increíblemente complicado que resultaba para el joven maestro estudiar cualquier doctrina o tratar de seguir ejerciendo como docente en cualquier Estudio General de España, donde Lax estaba muy conectado a multitud de catedráticos y docentes, muchos de los cuales habían sido alumnos suyos en el pasado, cuando ejercía en el colegio de Monteagudo, en París. Así, parece que se trató más de escapar a la influencia del célebre lógico de España, que de cualquier otra cosa.
En tercer lugar, y examinando los posibilitadores de tal cambio de residencia, se presupone que en este caso, cuando Miguel Servet está hablando de “su padre”, está hablando del notario de Villanueva de Sigena, que sí que es cierto que lo refiere como su padre en dicho juicio. Pero debemos recordar que existen dudas más que razonables con respecto a esta filiación, puesto que es una declaración de filiación sin documentos, en un juicio, y que no son los datos que declarará con documentos probatorios fuertemente examinados por la Universidad de París, y la Cancillería Real de Francia, ni en el Juicio de Viena del Delfinado. Pero debido a que en ese momento la narrativa que profirió fue esa, parece que se estaba refiriendo a Antón Serveto, notario, y no a alguien de la rama de las familias “Villanueva”, que como ya se ha explicado, con posibilidad de que fuese su verdadera filiación, y en el caso de que fuese el maestre Nicolás de Villanueva, residiendo en Francia todos sus hijos, también podrían tener sentido dichas declaraciones.
Hemos estudiado profundamente la figura del notario Antón Serveto, y parece que sí que tenía algunos contactos en Toulouse, básicamente a través de uno de los patrones de la compañía mercantil con la que colaboraba, el mercader Miguel de Foncillas, de Barbastro, socio del mercader Guillaume de Peires, de Toulouse. Pero no está claro que Antón Serveto mantuviese una buena relación con Miguel Servet posteriormente a su conflicto con su primo Gaspar Lax, y no debería presuponerse, debido a la desconexión tan abrupta que parece que se sucedió entre Miguel Servet y Villanueva de Sigena a partir de 1527. A su vez, aunque no se trate exactamente del mismo asunto, es interesante recordar que otros hijos de Antón Serveto relacionados con el mundo de las leyes, en vez de perseguir carreras de juristas en Toulouse, se educaron como aprendices de notarios en Zaragoza, como en el caso de Pedro Serveto, y parece que su hermano Francisco también. Además hemos encontrado personajes implicados en la vida y la defensa de Miguel Servet en Zaragoza, que estaban todavía más fuertemente asociados a los mercaderes de pastel de Toulouse, como lo era su amigo Juan de la Mata. Desconocemos por tanto si está diciendo toda la verdad aquí Servet, o si fue ayudado por otros amigos cuyos nombres no quiso dar, método que parece utilizar en otras ocasiones, dando más o menos peso a personajes en determinadas situaciones, por ejemplo al hablar sobre Quintana, para explicar algunos de sus viajes y evitar hablar de su educación.
Con respecto al tiempo que estuvo residiendo en dicha ciudad, no está claro tampoco, calificandolo en un primer momento como “poco tiempo” pero luego precisando que fueron “dos o tres años”. Este período está generalmente constreñido por el siguiente episodio de su vida, se incluye en las biografías de Servet: que partió con el séquito imperial en 1529 para la coronación de Carlos V en Bolonia. Aunque hablaremos de este asunto que se discutirá en el apartado siguiente, presupongamos aquí que así ocurrió, y que el maestre Revés partió de Barcelona en julio de 1529, con Quintana y la corte. Las fechas encajarían, habiendo abandonado Zaragoza pćo después del 28 de marzo de 1527, y llegado al Estudio de Toulouse algunos meses antes de comienzos del curso académico 1527/1528, en septiembre/octubre del mismo año. Podrían haber sido esos dos años los que refiere que estuvo en Toulouse. Pero como veremos, esta estancia pudo ser más larga, y el maestre Miguel Serveto pudo haber llegado a Bolonia por otros contactos unos meses después, razón por la que no le conocían en el séquito imperial.
Respecto a sus estudios, lo más frecuente era que un alumno que estudiaba Derecho estudiase los dos, el Canónico y el Civil, y de ello tenemos bastantes ejemplos de personajes de Navarra que así lo hicieron, y curiosamente también estudiaron en ese Estudio durante las primeras dos décadas del siglo XVI miembros de la familia Ximénez Alcade, de Cascante, de la que hemos hablado en las primeras secciones de la biografía.
Generalmente se refiere que en la ciudad había frecuentemente discusiones entre las decenas de profesores y entre sus más de diez mil estudiantes, también entre los partidarios de Erasmo y Lutero. De la obra del primero, como ya vimos, Servet conocía ya bastante, habiéndose formado en el Estudio General de Artes de Zaragoza donde, aparte de estudiar dichas obras, posiblemente fue lector de las mismas, en sus años como uno de los cuatro Maestros de Artes del Estudio de la ciudad. En dicha ciudad, que era famosa por formar los mejores juristas de su tiempo, se habían quemado vivos al profesor Boissons y al bachiller Cadurque de la Universidad, y aun a pesar de que por la ciudad circulaban los Loci Communes de Melanchthon y las Biblias no expurgadas, los historiadores refieren que el ambiente era de intransigencia ante la más nimia sospecha de herejía en las actividades cotidianas, y que se sometía a escrutinio a las personas cultivadas. Era por tanto un ambiente en el que Servet pudo acceder a textos de esta naturaleza heterodoxa, pero también – y en palabras de González Echeverría- “fue su primera residencia fuera de España y Miguel muy posiblemente, interiorizaría el grave peligro de la disidencia de la ortodoxia católica”.
En el citado Juicio de Ginebra Miguel Servet declaró que “había trabado relación con algunos escolares que leían juntos la Biblia, y el Evangelio, lo cual no había hecho antes”. Y aunque no hay pruebas de que hubiese leído las obras referidas de Melanchthon o otras como el gran manual de Derecho Romano, Codex Justinianus, y el capítulo de “ofensas eclesiásticas”, no puede descartarse que lo hiciese. Sí que sabemos que fue importante para él la lectura de Theología Naturalis de Ramón de Sibiuda, antiguo profesor de dicha universidad, cuya obra, de influencia luliana, tiene una fuerte carga antropolǵica, tratando sobre el ascenso y descenso de los seres a Dios y desde Dios.
Lamentablemente, al parecer los documentos relacionados con el archivo Universitario del Estudio Tolosano no han sobrevivido hasta nuestros días, razón por la que no podemos saber qué estudió Servet exáctamente, con qué maestros, ni sus probables actividades docentes en dicho centro.
Así, bien hacia mitad de 1529, o quizá bastantes meses después, el jóven profesor viajó a Bolonia, bien con el séquito imperial, o por invitación de su antiguo profesor en el Estudio de Zaragoza, el maestre Juan de Villalpando, y de su amigo y compañero, el maestre Pedro Carnicer, que se habían convertido en profesores en dicha universidad boloñesa, y en caso de Carnicer, en Rector del Colegio de España en la Universidad de Bolonia, donde se hospedó el Emperador por esas fechas.
Bibliografía consultable
- (2011) F. J. González Echeverría, El amor a la Verdad. Vida y obra de Miguel Servet, Navarro y Navarro, Zaragoza, col. Gobierno de Navarra, Departamento de Relaciones Institucionales y de Educación del Gobierno de Navarra.
- (2017) F. J. González Echeverría, Miguel Servet y los impresores lioneses del siglo XVI, tesis doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia. Calificación, Sobresaliente cum laude. Directores D. Carlos Martínez Shaw, catedrático de Historia Moderna UNED Madrid y D. Luis Jesús Fernández Rodríguez, doctor en Medicina, director de la UNED de Tudela.
- (2017) M. González Ancín & O. Towns (2017), Miguel Servet en España (1506-1527). Edición ampliada, Tudela, Imprenta Castilla.
- (1989) J. Barón Fernández, Miguel Servet. Su vida y su obra, Austral, Madrid.
- (1953) Ronald Bainton, Michel Servet. Hérétique et Martyr, (1553-1953), Ed. Droz, Genève.
- (2004) J. Goyanes, Exposición detallada de los dos procesos seguidos a Miguel Serveto. Anexo II en Miguel Serveto o Miguel de Villanueva (2004). Conmemoración del 450 aniversario de la muerte de Miguel Servet, 1553, VV. AA. Pamplona, Gobierno de Navarra, (varios autores)
- (1711) De la Roche, Historical account of the trial of Michael Servetus, en Memoirs of Literature. Londres
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- (2000) Manuel Fernández Álvarez (2000), Carlos V, el César y el Hombre, Ed. Espasa-Calpe. Madrid,.pp. 465-466.